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Segundo premio en el concurso para la rehabilitación de la Cámara de Comercio de Ávila.
La propuesta basaba su premisa en la integración lógica de las partes. La arquitectura se entiende como una cirugía certera que, siendo lo menos invasiva posible, sea capaz con dos o tres cortes de bisturí de producir la mayor cantidad de relaciones posibles entre las partes y transforme lo que ahora son dos entes autónomos (la parte antigua y la nueva) que resuelven con dificultad el programa que les toca en un conjunto incoherente y sin el carácter que requiere el uso como Cámara de Comercio de Ávila.
Tras una lectura valorativa de lo existente, las conclusiones más importantes resultan ser la capacidad potencial del conjunto en cuanto a su relación con el exterior y el patio con la arquería del siglo XVI. Para sacar provecho de estas situaciones se propone un nuevo sistema de vínculos entre los tres patios aprovechando la cirugía de comunicación del edificio nuevo con el anterior. Para ello se eliminan las barreras visuales que dicha zona tiene con el patio antiguo, eliminando una escalera de cuatro tramos y abriendo un hueco de tres metros de ancho en el alzado del patio trasero. Con esta sencilla intervención se comunican de forma visual y funcional las dos partes importantes de la intervención, colocando una plataforma de recorrido vertical sin cabina en dicho hueco.
En cuanto a la nueva distribución de usos la actitud es la misma, intentando hacer una lectura profunda del edificio. Las necesidades claras son, por un lado, el acondicionamiento y "magnificación" del salón de actos, y por otro el acondicionamiento y ampliación de un salón de plenos. Para hacer hincapié en que la propuesta mejore la lectura inmediata del edificio se confía en la sencillez y rotundidad de las superficies blancas conjugadas con las nuevas dimensiones de los elementos y en la potenciación de la relación conceptual de la parte nueva con el edificio antiguo disponiendo de un generoso zócalo que dialogue con la piedra del patio principal.